lunes, 31 de diciembre de 2012

Tiene una disfunción...


UNA PISTOLA EN CADA MANO (2012)

Lo que más gusta del cine de Cesc Gay, es la destreza que tiene al retratar a sus personajes y sus circunstancias, con sinceridad y honestidad.

Cesc Gay es un director de actores, crea un producto muy personal y sabe sacar el máximo partido de sus intérpretes. Sus películas sin efectos, ni adornos son pura realidad, sus relatos navegan entre el drama, la comedia, la felicidad, la tragedia, la desgracia, la fortuna con enorme naturalidad, bueno realmente son como la vida misma y cada uno podemos percibirlo de una forma o de otra dependiendo de nuestra experiencia vital. Relaciones personales, tan sencillas y tan complejas a la vez

Una pistola en cada mano nos muestra a los hombres a través de cinco historias. Como somos, sin complejos, nos desnuda desde la sinceridad, el cariño y el humor. Lloramos, somos débiles, reconocemos nuestros errores, pedimos perdón y en muchas ocasiones muestra lo patéticos y simples que podemos llegar a ser.

Pero, no importa que seas hombre o mujer, Cesc Gay nos muestra en su película algo que nos ha ocurrido a todos en algún momento de nuestras vidas. Alguna vez nos han rechazado, hemos pasado por una difícil situación, hemos estado deprimidos, hemos hecho el ridículo, nos hemos tragado nuestro propio orgullo…
Esto es lo que hace grande al cine de Cesc Gay, que consigue lo máximo a partir de lo más mínimo.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL Una pistola en cada mano
AÑO 2012
DURACIÓN: 95 min
PAÍS España
DIRECTOR Cesc Gay
GUIÓN: Cesc Gay, Tomás Aragay
MÚSICA Jordi Prats
FOTOGRAFÍA Andreu Rebés
REPARTO Ricardo Darín, Luis Tosar, Javier Cámara, Leonor Watling, Eduardo Noriega, Leonardo Sbaraglia, Candela Peña, Eduard Fernández, Alberto San Juan, Cayetana Guillén Cuervo, Jordi Mollà, Clara Segura



viernes, 28 de diciembre de 2012

The Dark Side Of The Moon

The Dark Side Of The Moon (1973)

Los británicos Pink Floyd ya eran una banda consolidada dentro del panorama del rock psicodélico espacial cuando lanzaron en el Reino Unido su sexto álbum (sin contar bandas sonoras ni recopilaciones), The Dark Side Of The Moon.


Tras la marcha de su primer líder, Syd Barret, quien compuso gran parte del material del grupo en un estilo pop psicodélico, Pink Floyd se volvió todavía más experimental, lo que dio como resultado largas composiciones instrumentales al tiempo que mantenían un público fiel mediante las giras.

Atom Heart Mother, su cuarto álbum, se situó en el número uno de las listas de éxitos, y Meddle, el quinto, alcanzó el Top 3. The Dark Side Of The Moon, no obstante, dejó en nada el éxito de los trabajos anteriores. En su país, se mantuvo en las listas durante 367 semanas, y en Estados Unidos, donde vendió 15 millones de copias, alcanzó el número uno y batió un récord permaneciendo en las listas durante 741 semanas (probablemente seguiría allí si Billboard no hubiera cambiado las normas para los lanzamientos más antiguos).

¿Por qué funcionó tan bien? Pink Floyd consiguió tomar lo que había aprendido de sus experimentaciones e incorporarlo en estructuras típicas del pop, canciones relativamente cortas y pegadizas, con curiosos sonidos como el repiqueteo de las campanadas de un reloj en “Time” o el tintineo de monedas en “Money”.

Además, el letrista Roger Waters compuso letras que reflexionaban sobre la vida modernay con las que su público se identificó. En cosecuencia, lo que había sido un género marginal dio el salto al gran público, y Pink Floyd, una de las bandas de rock más esotéricas, fue aclamada en todo el mundo.

Fuente 100 años de Música

lunes, 24 de diciembre de 2012

Elegi mal día...

ATERRIZA COMO PUEDAS (1980)

Habré visto cientos veces ‘Aterriza como puedas’ y no me canso de ella. Y supongo que así nos ocurre a toda una generación.


‘Aterriza como puedas’ aúna el humor absurdo y los dobles sentidos, con la parodia –tanto al cine de catástrofes como a todo tipo de cine, publicidad y audiovisual en general–y ¿por qué funciona tan bien un humor basado en chistes malos?.
Pues, por un lado,  la densidad es una ayuda, pues no hay comedia en la que las ocurrencias cómicas sean tan abundantes y  tan seguidas. Además, la falta de miedo a caer en lo obvio o la valentía de incluir cualquier tipo de chorrada– llevan a una sensación de euforia contagiosa. Pero estas razones no son las únicas, ya que las bromas, de una en una, también nos hacen reír y muchas de las frases se han hecho tan míticas.
No cabe duda de que el tono de la película, la forma en la que Zucker, Abrahams y Zucker la han puesto en escena y han dirigido a los actores influyen muchísimo. Por otra parte, es admirable que los guionistas sean capaces de incluir el humor en cada una de las líneas del libreto sin que la historia dé bandazos y se salga del rumbo.
Los personajes están dibujados más allá de los tópicos y las interpretaciones, a la altura de esta exageración, están todas subidas de tono. Era el aspecto que faltaba para que la comicidad fuese completa. Actores como Lloyd Bridges o Robert Stack –algo menos en el caso de Peter Graves–, que siempre han tenido una forma de interpretar fuerte y carismática, en este conjunto pasan la raya por unos centímetros y su trabajo se transforma. Robert Hays, Julie Hagerty, en los papeles protagonistas, se quedan más en la parodia, llevando las típicas representaciones de galán y damisela a sus límites respectivos.


Reseñable, el descubrimiento de Leslie Nielsen para la comedia con esas miradas de refilón y esas frases dichas con un tono casi increíble, que se acompaña del estallido de un trueno y de una subida de la música – por cierto, una banda sonora tan clásica que encaja en la parodia–. Nielsen no solo desde entonces ha dedicado su carrera a la comedia paródica, sino que resulta cómico verlo ahora en una película donde su papel es dramático, tanto que parece casi imposible tomarse esos films con seriedad.

Fuente Blog de Cine




viernes, 21 de diciembre de 2012

El Fin del Mundo

Si el fin del mundo, como pronostica la profecía maya, se produjera hoy viernes 21 de diciembre sonaría al ritmo de «The End», de The Doors. Esta es la banda sonora para el apocalipsis elegida a través de la iniciativa de National Geographic Channel y el servicio de música digital Spotify.

El concurso, que se ha prolongado durante cinco semanas, ha contado con más de 10.000 participantes, que han ido depositando sus propuestas musicales para el apocalipsis en la página web del canal.

Cada semana se han publicado las canciones más solicitadas por los usuarios, hasta configurar la lista final, en la que además de la ganadora hay otros temas legendarios como «The Final Countdown», de Europe, «Viva La Vida», de Coldplay, «I Don't Want To Miss A Thing», de Aerosmith, o «It's the End of the World As We Know It (And I Feel Fine)», de R.E.M.

Queen entra en la lista con dos de sus éxitos, «The Show Must Go On» y «Bohemian Rhapsody», y John Lennon figura entre los finalistas con su inmortal «Imagine». Otras canciones incluidas son «Última noche en la tierra», de La Musicalité, «In the End», de Linking Park, «Highway To Hell», de AC/DC, o «Gangnam Style», de Psy.

Destaca también la presencia en la lista final de dos temas corales de la música clásica. Es el caso del famoso fragmento de Carmina Burana de Carl Off titulado «O Fortuna!» y el «Lacrimosa de la misa de Réquiem» que Mozart dejo inacabada antes de morir en 1791.

Fuente ABC

lunes, 17 de diciembre de 2012

Todos a bordo


REBELIÓN A BORDO (1962)

Tengo un cariño especial por esta película, dos motivos, es de las primeras novelas que me lei, un viejo libro con tapas color verde, y mi padre tenía una preciosa maqueta del HMAV Bounty" (HMAV = His Majesty's Armed Vessel, buque armado de su majestad), un carguero de la armada británica en el que tuvo lugar el 28 de abril de 1789 el famoso motín.

En el 1787 el barco británico Bounty se dirige a Tahití para trasladar un cargamento de una planta conocida como árbol del pan a Jamaica. El orgullo y la ambición del capitán Bligh (Trevor Howard), lleva a su tripulación a luchar contra su trato despótico, al tiempo que luchan contra el hambre y contra las inclemencias del mar.
Cine en estado puro…Gran película, llena de belleza, con un Brando gigante, lo borda.. Una gran historia, rodada en bellas islas, mar, odio, guerra, amor y muerte.

Un remake de la película que Clark Gable y Charles Laughton protagonizaron en 1.935 y que obtuvo el Oscar de mejor film del año.

Se han hecho tres películas de la novela: la primera versión es “Mutiny on the Bounty” (1935), protagonizada por Charles Laughton y Clark Gable, la más conocida “Mutiny on the Bounty” (1962), protagonizada por Marlon Brando, Trevor Howard y Richard Harris y la tercera es “The Bounty” (1984), protagonizada por Anthony Hopkins, Mel Gibson, Laurence Olivier, Liam Neeson y Daniel Day-Lewis.

Un viaje que se mantiene a flote, consiguiendo sentirnos parte de la tripulación y sin ningunas ganas de abandonar el barco.


FICHA TÉCNICA



TITULO ORIGINAL: Mutiny on the Bounty

AÑO:1962

DURACIÓN: 178 min

PAÍS:EEUU

DIRECTOR: Lewis Milestone

GUIÓN:Charles Lederer (Novela: Charles Nordhoff, James Norman Hall)

MÚSICA:Bronislau Kaper

FOTOGRAFÍA Robert Surtees

REPARTO Marlon Brando, Trevor Howard, Richard Harris, Hugh Griffith, Richard Haydn, Tarita, Percy Herbert, Duncan Lamont, Gordon Jackson, Chips Rafferty, Noel Purcell, Ashley Cowan, Eddie Byrne, Frank Silvera, Tim Seely, Keith McConnell

viernes, 14 de diciembre de 2012

Ravi Shankar

Cuando a George Harrison le preguntaron por los motivos que le movieron a organizar un concierto benéfico para Bangladesh, el primero de un Beatle tras la separación de la banda y el primer acto de este tipo, George fue claro. "Me lo pidió un amigo". Ese amigo era Ravi Shankar (Benarés, India, 1920), el mismo que en 2002 ofreció un hermoso recital de sitar para honrar la muerte de Harrison, su amigo.


Aquel músico indio, que había salido de su país en los años 30 para mostrar su música al mundo, se había convertido en un referente para las bandas británicas de los años sesenta que vieron un mundo de posibilidades en los sonidos del sitar, un instrumento enigmático y muy complicado de tocar que cautivó de manera especial a Georger Harrison. "La gran explosión del sitar empezó en 1966, al menos es cuando yo fui consciente de ello", escribiría Shankar en Mi música, mi vida.

Ravi Shankar fue un pionero, un aventurero musical que dedicó su vida a comprender su instrumento, a domarlo y dominarlo como pocos lo han hecho. En ese largo viaje vital el músico acercó dos mundos, dos tradiciones. Gracias a gente como Shankar la música tradicional de India viajó, creció y conoció otros mundos. De ese modo, en 1967, Shankar abrió en Los Ángeles su propia escuela, un lugar donde su música conocería a nuevos alumnos.

Un año antes, en 1966, Shankar había conocido a George Harrison y a Paul McCartney en Londres. "Me parecieron encantadores y muy educados, nada que ver con lo que me esperaba", relata el músico en sus memorias. En ese encuentro, Harrison mostró a Shankar su interés por aprender a tocar el sitar. Ese interés provocó que meses después el guitarrista inglés viajase a India junto a su esposa para un curso de introducción al sitar junto a Shankar. La llegada de Harrison a India provocó un gran revuelo, pero cimentó la relación entre los dos músicos, una amistad que duraría hasta la muerte de Harrison en 2001. Aquella amistad conllevaría grandes críticas de los tradicionalistas del sitar hacia Shankar, pero también le supondría una grandísima popularidad que le abrió las puertas de Occidente. El encuentro entre el pop occidental y la música tradicional india cambiaría la forma de ver el sitar.

Fuente: Cadena Ser

lunes, 10 de diciembre de 2012

Esta Navidad temblaremos de miedo

Parece que este invierno que ahora empieza va a ser bastante crudo, a lo cual nosotros respondemos: "¡estupendo!". No en vano esta es la época del año que invita a ponerse ropa de abrigo, a quedarse en casa, a acurrucarse en el sofá, y ver una película tras otra mientras las temperaturas del exterior descienden a niveles antárticos. Y, ya que nos ponemos cinéfilos, ¿por qué no aprovechar para organizar un ciclo casero de películas de terror?

El resplandor (Stanley Kubrick, 1980)


 Está claro: tenía que salir. Y es que la única excursión de Stanley Kubrick en el género de terror (aunque, podría decirse, todos sus filmes dan miedo en un sentido u otro) . Cada vez que nos alojamos en el Hotel Overlook sentimos unas ganas tremendas de olvidarnos de la calefacción, abrigarnos bien y salir a campo abierto. Y, una vez allí, seguir corriendo sin mirar atrás, no sea que al volvernos veamos a Jack Nicholson hacha en ristre y se nos quede para los restos el jeto de Shelley Duvall.



La Cosa (John Carpenter, 1982)

Cuando se trata de filmes de terror invernal, el remake firmado por Carpenter de El enigma de otro mundo debe figurar en primera posición por narices (congestionadas). No sólo porque las peripecias del piloto Kurt Russell, un grupo de científicos y una criatura primigenia, polimorfa y alienígena transcurran a un tiro de piedra del Polo Sur, sino también porque sus espantos biológicos son tan fríos que nos hielan las entrañas. Aunque, por suerte, su final es de lo más calentito.


Déjame entrar (Thomas Alfredson, 2008)


Abandonamos los páramos helados del Antártico en favor de otros parajes mucho más norteños, pero a los que también conviene viajar con ropa de abrigo. Nos referimos a los suburbios de una ciudad sueca (posiblemente Estocolmo) donde, bajo el barniz de la civilización y el bienestar, acechan el bullying escolar, el alcoholismo, la desesperación... Y un caso de vampirismo infantil que, paradojas de la vida, resulta casi entrañable en comparación con todo lo demás. El remake estadounidense firmado por Matt Reeves en 2010 también merece la pena, pero lo original es siempre lo mejor...

Ravenous (Antonia Bird, 1999)


Viendo Priest, su filme de 1995 sobre los avatares de un cura homosexual, la británica Antonia Bird nos engañó, haciéndonos creer que los desmadres de Amor loco eran cosa del pasado. Vana ilusión, como probó esta película en la que Robert Carlyle nos cuenta una sórdida historia de aislamiento y canibalismo en las montañas de Nevada. El resultado es una película muy amoral y muy gore con la que resulta fácil identificarse: aquí también nos hubiéramos merendado a Guy Pearce, pero de una manera distinta.



El día de la Bestia (Álex de la Iglesia, 1995)

Nueve meses de invierno, tres de infierno", reza un viejo refrán sobre el clima de Madrid. Pero el ex presidente de la Academia de Cine no piensa lo mismo, como probó el filme que le convirtió en una figura de culto nacional e internacional. Siguiendo las andanzas de Álex Angulo y el satánico (y de Carabanchel) Santiago Segura, uno acaba convencido de que unas navidades en la capital son la ocasión perfecta para el nacimiento del Anticristo.



Noche de paz, noche de muerte (C. E. Sellier Jr., 1984)

Entre otras entrañables costumbres, los slasher ochenteros tenían el hábito de aprovecharse de todas las fiestas de guardar habidas y por haber. Incluyendo, por supuesto, la navidad: de pequeño, el asesino titular de este filme presenció el asesinato de sus padres a manos de un ladrón vestido de Papá Noel, y cuando su jefe le obliga a ataviarse de esa guisa en Nochebuena, le falta tiempo para armar una escabechina al grito de "¡Jo, jo, jo!".



La zona muerta (David Cronenberg, 1983)

Toca ponerse serios y echarse la capucha sobre los ojos, porque aquí hablamos del primer trabajo de David Cronenberg para la industria de Hollywood. No se trata solo de que el morboso cineasta rodara esta adaptación de Stephen King en los paisajes nevados de su Canadá natal, ni tampoco de que su trama de catástrofes y premoniciones esté rodada con el gélido estilo habitual del autor. Es que, además, el protagonista es... Christopher Walken. Cada vez que el actor mire a cámara, sentirás una rasca sobrenatural.



Rare Exports (Jalmari Helander, 2010)

Efectivamente, estamos ante otro horror navideño. El cual, además, nos lleva de vuelta a los países nórdicos. Subtitulada Un cuento gamberro de navidad en su estreno español, Rare Exports es una versión extendida de un cortometraje de humor (negro) que ya os presentamos en su día, y una de esas películas cuya falta de medios queda compensada por su morro y su ingenio a partes iguales. Si pensabas que la vida de un pastor de renos resultaba aburrida, te convencerá de todo lo contrario.




Fuente: Cinemanía





viernes, 7 de diciembre de 2012

Aftermath 100% Stones

Aftermath (1966)

Cuando los Rolling Stones se formaron en 1962, sólo pretendían ser una banda de blues que interpretaba versiones de artistas estadounidenses. No obstante, su manager, Andrew Loog Oldham, pensó que tendrían que ofrecer material nuevo si querían disfrutar de una carrera musical larga y logró convencer a Mick Jagger y Keith Richards para que compusieran juntos. Un año más tarde, habían creado el clásico “Satisfaction”.

El primer LP de los Stones en contener únicamente canciones compuestas por Jagger y Richards fue Aftermath, lanzado por Decca en el Reino Unido el 15 de abril de 1966. El álbum, grabado en siete días en los estudios RCA de Hollywood con el ingeniero de sonido predilecto del grupo, Dave Hassinger,era una colección de temas brillantes, con las excelentes melodías y solos de Richards rematadas por las perspicaces letras de Jagger. Muchas de éstas estaban influidas por Dylan (Mother`s Little Helper, Stupid Girl, Under My Thumb), toque que afianzó la imagen de los Stones como la versión rebelde de los más respetuosos Beatles. Aun así , el álbum también ofrecía una balada trovadoresca “Lady Jane”.

La inclusión de Goin’ home, una improvisación de blues de 11 minutos, parecía arriesgada. Aunque cada vez más aislados , el bajista Bill Wyman y el batería Charlie Watts continuaron demostrando que eran, probablemente, la mejor sección rítmica de todos los tiempos y el multiinstrumentista Brain Jones aumentó el interés de algunas canciones con su exótico acompañamiento (marimbas, salteiro, cítaras).

Como era práctica común en la época, la versión estadounidense del álbum se recortó y se alteró la lista de temas, pero todas las canciones siguieron siendo originales. La calidad del álbum y su éxito internacional aseguraron el futuro de los Stones.

Fuente: 100 años de música

lunes, 3 de diciembre de 2012

MAGICAL MISTERY TOUR

MAGICAL MISTERY TOUR (1967)


Por primera vez en dvd en España, llega a las tiendas una edición especial y restaurada de la película más lisérgica y delirante de los Beatles. Magical Mystery Tour, rodada en 1967, filmada inmediatamente después del lanzamiento de en Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band en el momento de mayor efervescencia creativa y también de mayor popularidad de la banda. De un modo u otro todo eso creo que tiene mucho que ver con las peculiares características de la película, muy lejos a nivel conceptual de los precedentes A Hard’s Day Night o Help! que se ceñían a la típica cinta de aventuras protagonizada por estrellas del pop para regocijo de sus fans.


El resultado del experimento fue un filme que fue vapuleado por la crítica, pero que con el paso de los años y el progresivo olvido ha ido generando un culto a su alrededor.

La película, fue un capricho de Paul se había comprado una cámara de super 8 con la que había comenzado a hacer sus pinitos en el mundo del vídeo. A Hard’s Day Night y Help! fueron películas ajenas, apuestas discográficas en las que el grupo de Liverpool se convertía una mera herramienta, en un mecanismo de hacer dinero. Magical Mystery Tour debía convertirse en otra rama más de una creatividad desatada entre otras cosas por el ácido. Y es precisamente ese trip el elemento vertebrador de una cinta con un argumento débil (un viaje en autobús por la campiña inglesa) que sin embargo da pie a todo tipo de escenas delirantes, más propias de un filme de Monty Python (el primer episodio de Flying Circus fue emitido en 1969, así que a buen seguro que el grupo de humoristas tomó buena nota de la estética surrealista del filme) que a una película musical convencional.

Fuente: Cinemania