En abril de 1962, Dylan inició las sesiones de grabación de su segundo álbum (cuyo título provisional era Bob Dylan’s Blues) y cuando en diciembre de ese año se fue a Inglaterra, lo había dado por acabado. Sin embargo, el contacto del artista con la escena de los clubs de folk británico le inspiro a componer “Girl From The North Country” y “Bob Dylan’s Dream” basadas respectivamente en los arreglos de las canciones tradicionales inglesas “Scarborough fair” y “Lady Franklin’s Lament” del guitarrista y cantante Martin Carthy.
A su regreso a casa, Dylan consideró que algunas de las canciones que había grabado para el álbum se le habían quedado pequeñas tras la experiencia y lo renovó para incorporarle nuevo material.
Las sesiones de grabación finalizaron en abril de 1963, y The Freewheelin' Bob Dylan (como finalmente se tituló) se lanzó al mes siguiente. El álbum representó un avance artístico asombroso en relación al discreto debut del artista , que sólo incluía un par de canciones propias, pero lo más importante es que mostraba un crecimiento espiritual. En vez de viejas canciones presentaba temas que trataban sobre preocupaciones de una época cada vez más agitada.
Dylan estaba a punto de convertirse en el portavoz de una generación.
Fuente: 100 años de música.
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