Qué hostil resultó la vida para Billie Holiday, ser mujer, afroamericana y artista en los EEUU previos a la Segunda Guerra Mundial supuso todo un viaje lleno de obstáculos y zancadillas. Billie Holiday reinó en ese contexto convirtiéndose en una de las artistas que más dinero ganaron en la década de los años cuarenta y cincuenta. Una época dura y racista en la que la segregación hacía difícil ser una chica negra que cantaba para los blancos de clase alta. Billie Holiday luchó contra ello toda su vida, pasó varias veces por la cárcel debido a su adicción a la heroína, sufrió un intento de violación cuando tenía diez años, por lo que fue ingresada en un reformatorio, y ejerció la prostitución antes de convertirse en una de las mayores estrellas del jazz.
Billie Holiday no aceptó ser la sirvienta de nadie, se negó a seguir los pasos de esa madre que la tuvo con trece años. Ella quería otra cosa y toda la vida luchó por ello. El camino estaría lleno de trampas, demasiadas. Una vida llena de injusticias, de malas decisiones, de muchos regresos a casa con la cartera vacía. También conoció la gloria y el tono de sus memorias no es el de una víctima. Holiday fue una mujer segura y con una voz personal capaz de trasmitir las emociones de un modo especial, penetrante.
Holiday también fue una de las pioneras de la canción protesta con la grabación en 1939 de Strange Fruit, una adaptación del poema que Abel Meeropol escribió después de ver las fotos de Thomas Shipp y Abraham Smith, ahorcados en árboles tras ser linchados. Los linchamientos eran algo habitual en el sur de los Estados Unidos. Entre 1889 y 1930 se estima que 3.724 personas murieron de esta cruel forma. No existía ninguna ley contra el linchamiento y este brutal método se ejercía con el beneplácito, o incluso la participación, de las autoridades en actos que contaban con público, muchos padres llevaban a los hijos a ver los linchamientos.
Strange Fruit habla de ello. "Árboles sureños cargan extraños frutos / Sangre en las hojas, y sangre en la raíz / Cuerpos negros se balancean a la brisa sureña", narra el poema de Meeropol. Una noche el poeta y la cantante se conocieron en el Café Society de Nueva York, un local muy liberal e igualitario en temas raciales. Holiday se enamoró de la canción. "Cuando me mostró el poema, yo no lo podía creer: expresaba todas las cosas que habían matado a papá". El padre de la artista falleció después de deambular de hospital en hospital sin que nadie le atendiese por ser negro.
Holiday y Meeropol trabajaron durante tres semanas en adaptar el poema. "Me esforcé infatigablemente porque no estaba segura de saber transmitir a un público de lujo todo lo que significaba para mí. Tenía miedo de que no gustara", escribiría Holiday en sus memorias. Cuando interpretó la canción por primera vez, la cantante era un manojo de nervios. El Café Society de Nueva York era el local más liberal de Nueva York, un sitio donde la gente era tratada de igual modo al margen de su raza. La luz se apagó y solamente un pequeño halo de luz blanca iluminaba el rostro de la vocalista. Holiday puso todos sus sentimientos en la canción y cuando terminó se hizo el silencio. Los temores de fracaso se ciñeron bruscamente sobre la intérprete. "Luego una sola persona comenzó a batir las palmas, nerviosa. Y de pronto todos estallaron en una salva atronadora de aplausos", recordaría Holiday.
A pesar de la calidad de la canción, Columbia rechazó grabarla por ser demasiado arriesgada. Commodore Records sí se atrevió y 'Strange Fruit' fue un éxito de ventas, el mayor éxito de la carrera de Holiday. También fue su emblema y una de las primeras canciones protesta, un grito contra el racismo que todavía azotaría la igualdad en EEUU durante muchos años.Fuente: Cadena SER
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