viernes, 6 de mayo de 2011

"Éramos una de las bandas más misteriosas y populares de EEUU" Richie Furay, 1997


BUFFALO SPRINGFIELD AGAIN (1967)


En Buffalo Springfield (nombre tomado de una apisonadora) había demasiados cantantes/compositores para que el grupo sobreviviera. Alcanzaron la fama en 1967 con un single que se situó entre los diez primeros en EEUU, "For What It's Worth": un retrato maravillosamente sencillo de épocas turbulentas cortesía de Stephen Stills. Pero cuando apareció el segundo álbum, Stills y Young competían para obtener más tiempo y espacio, tras haber derrotado al menos competitivo Furay.

Tal y como señala el predominio de productores, para entonces Buffalo Springfield era menos un grupo que un colectivo de individuos, cada uno de ellos concentrado en sus propias canciones, con la excepción de "Good Time Boy", escrita por Furay como vehículo para que el batería Dewy Martin cantara. Varias canciones proporcionan pistas sobre las orientaciones musicales del futuro: "Expecting To Fly" y "Broken Arrow" presentan unos paisajes sonoros ambiciosamente orquestados por Young y Jack Nitzsche, quien más tarde trabajaría con el cantante en varios proyectos en solitario, incluido Harvest. Por otra parte "Everydays", la destacada "Bluebird" y, sobre todo, "Rock & Roll Woman" son típicas del enfoque tardío de Stills: unas voces poderosas encima de una intensa mezcla de guitarras acústicas radiantes y transparentes y robustas guitarras eléctricas.

La combinación de las raíces folk rock y country con un sonido de rock más duro se convertiría en una importante influencia para la nueva generación de grupos de rock de la Costa Oeste, el más evidente de los cuales sería The Eagles.


2 comentarios:

Mara Bunta dijo...

Qué buenos recuerdos me trae este disco. Era uno de los favoritos de mi padre, que era muy fan a parte del Neil Young.
Recuerdos de viajes familiares en nuestra furgoneta (no era hippy, como la tuya) era una simple Space...pero ahí ibamos todos juntos, con las músicas que gustaban a mi viejo, que siempre era de lo mejor...Y durante años nos recorrimos toda España y parte del extranjero en ella.
Ahora en mi memoria suelo asociar cada viaje con el disco de turno que machacaba el jefe una y otra vez hasta que mis hermanos y yo nos las aprendíamos todas. :)
Ese verano estuvimos en los Pirineos y media Francia...Buffalo Springfield pa arriba, BS pa abajo...alternando con los grandes éxitos de Otis Redding y otro del Quincy Jones...qué sobredósis de castillos con la rutica del Loira...qué me comentas?...
Joder, qué años más felices...y qué bueno que la música estaba ahí, y sigue estando para recordarlos.

David dijo...

Estoy contigo, la magia de la música es esa, transportarte... a lugares, a épocas pasadas, a sentimientos. Pasa algo parecido con los olores, hay olores que me llevan a mi niñez (hostia que cursilada esto es de un anuncio!!!) pero es verdad coño!!.

Bromas aparte a mi me pasa lo mismo compañera, también tengo recuerdos de un seat 131 escuchando las mismas cintas una y otra vez lo que pasa es que a mi viejo le molaban más los cantautores, lo mismo por eso a mi me pone tanto el folk.