Hoy vamos a cambiar
de estilo musical. Dejamos por una semana Rock, Blues, Soul, Country Rock
etc. y nos sumergimos en las profundas y oscuras aguas del jazz.
El jazz nace
como música popular, y existen muchos tipos de Jazz muy diferentes entre sí. Un
disco de jazz clásico puede sonar totalmente diferente al Free Jazz.
En esta ocasión vamos a viajar a la “Edad de Oro del Jazz” de la mano Ella Fitzgerald y
Louis Armstrong.
Louis Armstrong, nació el 4 de julio de 1900 en
New Orleáns (Luisiana)
de una familia muy pobre, sin ningún
antecedente musical. Su interés por la música lo desarrolló
oyendo tocar célebres bandas de New Orleáns que desfilaban
habitualmente por las avenidas de la ciudad. Pero su primer contacto con la
trompeta no lo tuvo, hasta que por su buena conducta lo admitieron en la banda
del reformatorio.
Ella Jane Fitzgerald Newport (News, 25 de
abril de 1917), conocida como Ella
Fitzgerald. Como Louis fueron almas gemelas en eso de tener una niñez terrible
ya que los dos eran de familias muy pobres y Ella también probo eso del
reformatorio y también fue allí, donde empezó a cantar y bailar
Dos auténticos
gigantes de la música que con su música luminosa y optimista alumbraron 3 álbumes
que, aún hoy, se cuentan entre los más vendidos de la historia del jazz.
Por un lado la voz
maravillosa de The First Lady of Song (La primera
dama de la canción), y por otro la trompeta sin igual de Louis Armstrong.
Durante un año, el
productor de jazz Norman Granz supervisó varias sesiones de grabación y un puñado
de conciertos en el Hollywood Bowl. Fitzgerald estaba en la cima de la
popularidad y Armstrong ya era una Leyenda de jazz. Sobre el escenario a
pesar de la diferencia de edad eran una máquina perfecta que mezclaba buen
humor y simpatía con swing, solos de
trompeta y geniales vocalizaciones.
El resultado una JOYA, temas como “Cheek to Cheek”, “Summertime”,
“Tenderly”, Let’s Call The Whole
Thing Off (simplemente exquisita), Autumn In New York o la clásica
Stompin’ At The Savoy.
Y no quería terminar este post sin hablar de la
portada del disco, Louis y Ella sentados sobre unas sencillas sillas, como en
un descanso en el estudio entre tema y tema.
Los dos con cara de circunstancia, Ella viste un
traje de flores y él con su trompeta en el regazo y unos pantalones que le
quedan cortos dejan ver unos calcetines blancos recogidos como cuando éramos niños…
Es simplemente genial porque la misma ternura que
transmite esta portada lo hace su
música.
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