viernes, 11 de noviembre de 2011

Deadhead


AMERICAN BEAUTY (1970)




Grateful Dead, funcionaban como un ser unicelular, siempre en la carretera o encima de un escenario en busca de la felicidad psicodélica. Conocían todos los trucos acerca del blues, bluegrass, rock, country y especialmente del folk, en cuyo ámbito perdieron la inocencia los dos guitarristas y voces cantantes Jerry Garcia y Rob Weir. Estos tipos fueron la propia Música, la respiraban con una rara sensibilidad. Todas esas canciones cobraban vida propia en sus manos, a veces en forma de pequeñas historias de ambiente rural, otras en gigantescas jams...

El final de los 60 y el principio de los 70 presenciaron saltos sustanciales en la tecnología de los estudios. No obstante, Grateful Dead parecía complacerse en su método indisciplinado de grabar, de manera que el Workingman’s Dead y el American Beauty su continuación, son las dos obras maestras grabadas por la banda en 1970.

Este año supuso un comienzo por parte del grupo hacia un nuevo camino alejado de los experimentos psicodélicos de sus dos talentosos primeros discos. No hay ningún "jamming" en este álbum, son solo canciones cuyas interpretaciones las convierten en hermosas.

David Nelson toca el único solo de guitarra eléctrica en "Box Of Rain" una completa maravilla construida con unos mimbres tan sencillos como lejanos para la mayoría de los mortales.

No es la única canción enorme del disco, pero quizás si la mejor, aún concediendo a "Friend of the devil" o "Sugar Magnolia" grandes dosis de inspiración, a la altura de la frescura de "Operator" o la dulzura de los momentos más country de dos piezas que crecen con las escuchas, "Ripple" y "Candyman". ¿Necesitas una balada sentida, honesta, sencillamente rural? Entonces lleva la aguja del reproductor hasta el corte correspondiente a "Brokedown palace", toda una delicia, lo mismo que la pieza final, la grandiosa "Truckin", ese tipo de blues que solo los Grateful Dead fueron capaces de destilar.

Las grabaciones extras de esta edición son principalmente canciones en directo con el característico sello de la banda. La madurez de los Dead como compositores queda patente por cuarta vez en este magnífico álbum.


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