Buried (Enterrado)
La historia recuerda a otras películas, hitchcockianas en su mayoría, es obvio que la idea de un hombre enterrado vivo ya se ha rodado. Es un miedo universal, como tantos otros (ahogarse vivo, quemarse vivo, añade lo que sea, siempre vivo y te cagarás de sólo pensarlo). Y que si no se ha hecho más veces es porque, obviamente, es muy complicado. Meter a un tío en una caja y buscarle el ángulo perfecto en plena oscuridad no sólo es una locura si no que tiene bastante morbo añadido. Es claustrofóbico, claro, y te agobia hasta acongojarte, y te deja sin aliento. Y, sí, para qué engañarnos, puede resultar hasta sádico.
Ryan Reynolds puedes ser tú. No es un héroe, ni tiene a un brillante equipo del CSI buscándole por ser uno de los suyos. Sólo depende de sí mismo. Reynolds le insufla al personaje una credibilidad con la que el espectador empatiza a medida que avanza el brillante guión. Cortés propone un osado ejercicio de dirección donde juega, como su personaje, con todo lo que le ofrece ese pequeño espacio.
Nosotros estamos dentro de la caja, y no hay más. Y esta tensión argumental, con la que, sin darte cuenta, te dejas llevar con un solo personaje y una única ubicación, sorprende. Esto es, para mí, lo mejor de Buried: que sin correr te cansas; que sin saber vas entendiendo; que estás terminando algo que de inicio sientes acabado....
FICHA TÉCNICA
TÍTULO ORIGINAL Buried
AÑO 2010
DURACIÓN 93 min.
PAÍS España
DIRECTOR Rodrigo Cortés
GUIÓN Chris Sparling
MÚSICA Victor Reyes
FOTOGRAFÍA Eduard Grau
REPARTO Ryan Reynolds
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