lunes, 28 de enero de 2013

Referentes de "Djando desencadenado"

Como en todas las pe­lí­cu­las de Tarantino, exis­te toda una ba­te­ría de re­fe­ren­cias que apun­tan a otros di­rec­to­res del pa­sa­do. En esta oca­sión el ele­gi­do es Ser­gio Cor­buc­ci, di­rec­tor ita­liano ex­per­to en spaghetti-western, considerado por el director americano como el más vio­len­to, su­rrea­lis­ta y sá­di­co en la his­to­ria de este gé­ne­ro.


Esto son al­gu­nos de los tí­tu­los del ita­liano que han ins­pi­ra­do a Ta­ran­tino:

Los des­pia­da­dos (The He­ll­ben­ders, 1967)

Bajo el pre­tex­to de es­col­tar un cuer­po para su en­tie­rro, un ex ofi­cial del ejér­ci­to con­fe­de­ra­do (in­ter­pre­ta­do por Jo­seph Cot­ten) y su hijo, trans­por­tan un ataúd lleno de di­ne­ro ro­ba­do, que será uti­li­za­do para re­es­ta­ble­cer la Con­fe­de­ra­ción y co­men­zar una se­gun­da Gue­rra Civil.

El di­rec­tor Ser­gio Cor­buc­ci im­pri­me su par­ti­cu­lar es­ti­lo lleno de vio­len­cia a este spa­guet­ti en el que se ejem­pli­fi­ca la bru­ta­li­dad de su es­ti­lo. Como diceTa­ran­tino, en el cine del di­rec­tor ita­liano, no hay hé­roes, y los per­so­na­jes de esta pe­lí­cu­la, hu­bie­ran sido los chi­cos malos de cual­quier otro film.


El gran si­len­cio (Il gran­de si­len­zio, 1968)

Unos ase­si­nos a las ór­de­nes del des­pia­da­do Loco (Klaus Kins­ki) se ocul­tan en las mon­ta­ñas de Ne­va­da y siem­bran el te­rror allá donde van. Des­pués de que maten a su ma­ri­do, una mujer con­tra­ta a un jus­ti­cie­ro para que se ven­gue de ellos. Su nom­bre es Si­len­cio (Jean-Louis Trin­tin­gnant), y es mudo desde que le cor­ta­ron la gar­gan­ta cuan­do era niño.

Para Ta­ran­tino, esta es la mejor in­ter­pre­ta­ción de Klaus Kins­ki de toda su ca­rre­ra y des­ta­ca el ca­rác­ter nihi­lis­ta del final de esta pe­lí­cu­la, cuan­do los malo matan al héroe y a toda la gente del pue­blo, algo que le dejó to­tal­men­te ano­na­da­do cuan­do la vio por pri­me­ra vez. Tam­bién afir­ma que se ins­pi­ró en la am­bien­ta­ción ne­va­da de este film para uno de los frag­men­tos cen­tra­les de Djan­go des­en­ca­de­na­do.


Djan­go (1966)

Se trata de una de las pe­lí­cu­las más co­no­ci­das de Ser­gio Cor­buc­ci y de ella toma el tí­tu­lo y el tema mu­si­cal prin­ci­pal el film de Ta­ran­tino. En ella,Fran­co Nero (quien por cier­to tiene tam­bién un papel en la pe­lí­cu­la de Ta­ran­tino) in­te­pre­ta a Djan­go, un pis­to­le­ro fuera de la ley que llega a un pue­blo en el que hay dos fac­cio­nes: la del KKK y la banda de los ban­di­dos me­xi­ca­nos. En medio de la gue­rra entre ambas par­tes, Djan­go ten­drá que im­po­ner su pro­pia ley.


Joe, el im­pla­ca­ble (Na­va­jo Joe, 1966)

El único su­per­vi­vien­te de una ma­sa­cre san­grien­ta, in­ten­ta­rá ven­gar­se de los ata­can­tes y de los hom­bres que ase­si­na­ron a su es­po­sa. Al fren­te del re­par­to, Burt Rey­nolds. Ta­ran­tino la con­si­de­ra como una de las más gran­des pe­lí­cu­las de ven­gan­za de todos los tiem­pos, y una de las más vio­len­tas antes de que se hi­cie­ra Grupo sal­va­je (1969), de Sam Pe­ckin­pah.   Fuente: Nani F. Cores

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