viernes, 11 de enero de 2013

Hace 40 años


Hace exactamente cuatro décadas se retransmitía por primera vez vía satélite un concierto de rock, nadie sospechaba que 1973 se convertiría en un año clave para la música, definitivamente enterradas la utopía  hippie  y la pesadilla de Vietnam. Aloha from Hawai, cantaba Elvis Presley en aquella histórica actuación que se coló en miles de hogares gracias a una entonces revolucionaría tecnología.
Pink Floyd llevaba varios meses grabando en los estudios Abbey Road y la expectación era máxima en vista de que el fantasma de Syd Barrett planeaba sobre Roger Waters, David GilmourRichard Wright y Nick Mason. El resultado vio la luz en marzo. Una obra maestra en tono conceptual que ha vendido más de 50 millones de copias desde entonces en todo el mundo.  On the runTimeThe great gig in the sky y, sobre todo, Money, rompían los convencionalismos y dibujaban una sombra tan alargada que se extiende hasta hoy mismo.
Por su parte, Lou Reed viajaba al Berlín de dos drogadictos condenados a una trágica historia de amor. Himnos como Caroline saysThe kids y Sad song
Su amigo David Bowie (productor de su aclamado Transformer) tomó buena nota de estos efluvios berlineses (que él mismo reverdeció más tarde) y quiso ensanchar los límites de su reencarnación con Aladdin Sane, donde se incluían piezas tan fundamentales en su repertorio como The Jean Genie o Panic in Detroit, además de una sorprendente versión del  Let’s spend the night together de los Rolling Stones.
 Precisamente, Mick Jagger y Keith Richards se descolgaron con el álbum Goat’s head soup, feudo de la preciosa balada Angie.
Un jovencísimo Mike Oldfield llevaba unas cuantas semanas dando vueltas por las discográficas para intentar mostrarles Tubular bells, que asustó a los ejecutivos de las compañías con un derroche instrumental que superaba los 48 minutos de duración. Pensaban que el muchacho estaba loco... hasta que el visionario Richard Branson lo fichó para Virgin Records. 
Pete Townshend y Roger Daltrey alcanzaron una de sus cimas creativas con su segunda ópera rock,Quadrophenia, todo un tratado sociológico sobre la rebeldía juvenil en la Gran Bretaña de 1965, con Brighton como ciudad icónica.
Bob Marley se atrevía a fumarse un gigantesco porro en la portada de Catch a fire, censurada en la España tardofranquista, y se marcaba un Kinky ReggaeMarvin Gaye dejaba boquiabiertos a los seguidores del  soul con su clásico Let’s get it on. Led Zeppelín, , vomitaron el enigmáticoHouses of the holy, que contenía The song remains the same.
Iggy and The Stooges se rendían al Raw powerJohn Cale se retrotraía a Paris 1919, Can anticipaba los Future days, Stevie Wonder se recluía en sus Innervisions y Bruce Springsteen asomaba con Greetings from Asbury Park
Sí, todo en 1973. Una cosecha excepcional.
Fuente el Confidencial 

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