Brown, tenía claro una cosa, sus directos eran mucho más intensos y vibrantes que cualquier grabación de estudio, por eso quería capturar toda la magia y energía del escenario. Y lo logró ¡jode si lo logró! Este disco nos muestra a un Brown como una máquina perfectamente engrasada en estado de gracia con una banda acompañándole irrepetible.
Tras la increíble introducción de Fats Gonder que te transporta a ese mítico Apollo de Harlem y durante los 31 minutos que dura la grabación, el Padrino del Soul no te deja ni respirar desde el tema inicial “I’ll go Crazy” hasta el final “Night Train” , una experiencia increíble que no te debes perder.
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